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jueves, 29 de septiembre de 2011

Con el sello de Dilma


MUNDO /  La "novata" heredera de Lula ya impone su impronta al frente de Brasil.
Por Mac Margolis 

A poco de iniciar su campaña como sucesora del hiperpopular Luiz Inácio Lula da Silva, en un bullicioso aeropuerto, una madre y su hijita se aproximaron con timidez a Dilma Rousseff para ver de cerca a la candidata que lideraba las encuestas. "¿Una mujer puede ser presidente?", preguntó la nena. "Así es", respondió Rousseff. Al oírla, la pequeña agradeció y se alejó con la cabeza erguida. 

Rousseff sonríe al revivir el episodio durante la entrevista de una hora con NEWSWEEK, en el palacio presidencial de Brasilia. "El simple hecho de que una niña pregunte si puede ser presidente es indicación de progreso", dice. Eran casi las seis de la tarde, pero aún faltaba mucho para que terminara el día de la mandataria. Inundaciones que dejaron a miles sin hogar; demoras en la construcción de infraestructura para el Mundial de Fútbol 2014; el nuevo regodeo de la prensa con el escándalo de corrupción que privó a la presidente de cinco ministros en menos de nueve meses. No obstante, Rousseff, con chaqueta fucsia, pantalones negros y enormes pendientes de perlas, parece muy tranquila al hablar de Brasil, la economía mundial, la pobreza y la corrupción. Su lustroso y abundante cabello y sus encarnadas mejillas no guardan rastros de las duras sesiones de quimioterapia a las que fue sometida para tratar el linfoma que le diagnosticaron en 2009. "De niña quería ser bailarina o bombera, y punto", enfatiza. "No sé si éste sea un nuevo mundo, pero ciertamente está cambiando". 

La nota completa, en la edición impresa de Newsweek

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