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domingo, 23 de octubre de 2011

Radiografía del electorado argentino: pistas y sorpresas Año 4. Edición número 179. Domingo 23 de octubre de 2011 Por Demián Verduga dverduga@miradasalsur.com


Casi el 60 por ciento de los menores de 30 años votaron por Cristina en las Paso. Binner salió segundo en los sectores de mayores ingresos. Duhalde obtuvo más apoyo de hombres que de mujeres.
El número, por sí mismo, no dice mucho: 28.866.757. Se trata de la cifra de ciudadanos en condiciones de asistir hoy al cuarto oscuro. La cifra adquiere una riqueza diferente cuando se la desmenuza por género, por edad, por nivel de ingresos, por región. Aparecen hallazgos como el siguiente: en la historia reciente, el voto peronista se componía, en promedio, por un 57 por ciento de hombres y un 43 de mujeres. En las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) no fue así. Cristina Fernández recogió adhesiones muy parejas entre ambos sexos. El dato es un botón de muestra del análisis sobre el electorado argentino que hicieron los encuestadores Carlos Fara y Analía Del Franco, al ser consultados por Miradas al Sur. Una pequeña radiografía del soberano en el día de la votación.
El rol de la juventud ocupó un lugar preponderante en el debate político y las campañas electorales de todos los candidatos. Pero, ¿cómo ven los jóvenes la política? ¿De qué modo votaron en las Paso? Fara, para arrancar, puso un marco: “Definamos como jóvenes a los que tienen menos de 30 años”. Esta franja señalada por el consultor representa el 31 por ciento de la población. Su peso electoral es más bajo porque la cifra incluye a los menores de 18. “Mayoritariamente dicen no sentirse identificados con un partido político –dijo Fara–. Pero tienen interés, están ideologizados, aunque prefieren autodefinirse como independientes.” Del Franco agregó que optaron mayoritariamente por el kirchnerismo. “Entre los jóvenes, Cristina obtuvo casi un 10 por ciento más que su promedio nacional, se acercó a los 60 puntos.” Este semanario le preguntó a la analista el por qué de la adhesión. “El kirchnerismo es visto como una fuerza política que cuestiona el status quo y la juventud tiene mucha presencia en el discurso presidencial.” Fara coincidió con su colega y agregó: “Leyes como la de Matrimonio Igualitario impactaron mucho en ese sector. Además, es la franja que tiene la visión más optimista sobre el futuro del país”. El peso del voto joven en el caudal de los candidatos confirma la tendencia. Según los datos de Fara, en el caso de Cristina representó un tercio; en de Binner un 19%; en el Duhalde un 23 y en el de Alfonsín un 26.
Al subir por la escalera cronológica del electorado las cosas cambian, no sólo en las preferencias electorales, sino en la relación con la política. “La gente de 45 a 60 está más marcada por la historia reciente –señaló Fara–. Para bien y para mal tienen una opinión más sólida. Se basan mucho en su propia vida.” El consultor dio un ejemplo sobre el peso de la historia reciente en esta franja, tomó como base el resultado de las primarias. “Alfonsín, aunque salió muy lejos de la Presidenta, creció en este segmento. Esto se debe, en parte, a que esas personas están marcadas por el gobierno de su padre, Raúl Alfonsín. Lo vivieron.”
Dime cuánto ganas y… El electorado puede dividirse por niveles socioeconómicos y, al igual que en la segmentación por edad, aparecen patrones de cada clase social. Empecemos por la menos numerosa. Los sectores altos y medios altos representan el 5,6% de la población y una franja levemente mayor del electorado. “Tienen un nivel muy amplio de información política, lo que no quiere decir que sean más politizados”, señaló Fara. Otro rasgo, según el consultor, es que “suelen votar de un modo muy fragmentado”. “Eso explica por qué Cristina ganó las Paso en ese sector, aunque sacó menos de un tercio. El 75% buscó otras opciones, pero se fragmentó.” La pregunta puede parecer ociosa, pero era necesaria: ¿Por qué el kirchnerismo recibió menos respaldo allí? Del Franco respondió que “es una franja muy conservadora y antiperonista. Hay muchos empresarios, por ejemplo, a los que les va bien y piensan que es producto del viento de cola”.
La denominada clase media tradicional, amplia, diversa, representa el 38,3% de la población. Uno de los rasgos que marca su cultura política es la creencia de que el bienestar personal es puramente consecuencia de la iniciativa individual. “Es habitual que digan que su realidad no tiene que ver con la situación del país y con lo que hace el Gobierno sino con sus propias decisiones y esfuerzos”, dijo Fara. “En los Focus Group se los suele escuchar afirmando que los de abajo reciben, los de arriba también y que los sectores medios están postergados”. Del Franco discrepó por completo. “Se trata de una franja muy diversa. Hay personas de clase media que mandan a sus hijos a la escuela pública, que valoran el incremento del presupuesto educativo, la construcción de escuelas, las netbooks del plan Conectar Igualdad.” La analista, mirando los números de las Paso, señaló: “En este sector, los votos de Cristina estuvieron en el 50%”. Fara, observando las mismas cifras, sostuvo que “es la franja en que mejor le fue a Ricardo Alfonsín, aunque quedó lejos de la Presidenta”.
Los sectores populares, también diversos y amplios, suman el 55% de la población. “Su vínculo con el Estado y la acción política es diferente, más directo –remarcó Del Franco–. Hubo muchas medidas, la Asignación Universal, el plan Argentina Trabaja, las obras públicas, que se metieron en sus casas.” Fara coincidió con su colega y de inmediato arremetió con los números. “Como buena candidata del peronismo, la Presidenta crece, si se mira el voto popular. Cristina se acercó al 60% en ese segmento.”
Las nenas y los nenes. La división más antigua de una población es la que se hace entre hombres y mujeres. Los géneros tienen características distintivas en su cultura política. Al respecto, Fara remarcó: “Hay un clásico: las mujeres mayores, amas de casa, tienen menor interés por la política. El hombre suele opinar más sobre los temas de coyuntura”. El analista, con ironía y seriedad, señaló una contracara de esta predisposición masculina a opinar de todo: “También podría decirse que no se trata de interés sino de chantería”.
Sobre la conducta electoral, el analista señaló que tradicionalmente “el voto peronista ha estado más compuesto por varones que por mujeres y el radical ha sido al revés”. Esta tradición es otra de las cosas que cambiaron en las Paso. Para graficarlo, Del Franco comparó las primarias con la elección de 2007. “Hace cuatro años, Cristina sacó el 46%, pero entre las mujeres se ubicó tres o cuatro puntos más abajo. En las Paso, en cambio, el caudal que recibió, medido por géneros, fue parejo, casi en mitades.” Fara completó el panorama señalando que “Binner recibió más votos de mujeres que de hombres; Duhalde fue al revés y Alfonsín se pareció a la Presidenta”, fue bastante parejo.
El vecindario. Los datos ilustran el peso electoral de varias zonas del país: el conurbano bonaerense representa el 23 por ciento del electorado nacional; la provincia de Santa Fe, el 9; Entre Ríos, el 3,4; Misiones y Corrientes, el 2,3, cada una. En la despoblada Patagonia, la que más caudal tiene es Neuquén, con el 1,2 por ciento del total de los votantes.
Con estos números sobre la mesa, Miradas al Sur les preguntó a los consultores si era posible hablar de una cultura política por regiones. Fara y Del Franco relativizaron la cuestión y –sumándole otro puntito a Carlitos Marx– se inclinaron por la segmentación de clase. “Si en el NOA y el NEA hay un voto característico es porque hay mayor cantidad de sectores populares y menos clase media –señaló Del Franco–. Esto también se aplica al conurbano bonaerense. Lo mismo sucede, al revés, en la zona pampeana. Hay una tendencia regional porque hay más clase media.” Los resultados de las Paso corroboran la afirmación de la analista. Hubo provincias del norte, como Santiago del Estero, en las que Cristina sacó el 80 por ciento de los votos.
A pesar de coincidir con Del Franco en el trazo grueso, Fara tiró la posibilidad de una segmentación geográfica. “Más que por regiones, la línea que se puede marcar es entre las grandes ciudades y las chicas.”
–¿Cómo funcionaría esa frontera?
–En los distritos con menos habitantes, dejando del lado el conurbano bonaerense, el peronismo, el kirchnerismo, tiene mayor caudal.
–Si esto es así, ¿cómo pudo sacar tantos votos la Presidenta si el 60% de la población vive en ciudades con más de 300 mil habitantes?
–Porque sacar más votos en un lugar no implica que en los otros le fuera mal. Cuando un candidato rebasa los 50 puntos es porque ganó en todos lados, en todos los segmentos, sea cual fuere la línea divisoria que se haga para el análisis.
La radiografía del electorado seguramente continuará, pero con los resultados de hoy en la mano. Será hasta entonces.

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