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jueves, 3 de noviembre de 2011

Una cuestión ética Publicado el 3 de Noviembre de 2011

 –En los agradecimientos de libro recordás a algunos amigos a los que considerás tus faros éticos: Marcelo Bielsa, Víctor Hugo, Verbitsky y Alberto Kornblihtt. Y mencionas a Carlos Griguol y León Najnudel, que intuyo también están incluidos en esa categoría. Esa mención permite creer que la ética es un aspecto importante en tu vida. Ahora: ¿hay una ética en la matemática?
–Te diría que la ciencia en sí misma no tiene moral. Pero la utilidad que una persona le da a aquello que sabe, sí. De eso trata la obra Copenhague, de Michael Frayn: ¿Imaginate que Hitler hubiera contado con la bomba atómica? La obra muestra la discusión entre dos físicos (Niels Bohr, inventor de la teoría atómica, y Werner Heisenberg, uno de los impulsores de la física cuántica) acerca de la utilización de los conocimientos que tienen. En la Facultad de Ciencias Exactas, más allá de jurar por la patria, por Dios o lo que fuere, uno realiza el juramento de utilizar los conocimientos adquiridos para fines pacíficos, sin violar los Derechos Humanos… Desde ese lugar yo interpretaría que la utilización, no de la matemática sino de la ciencia en general, debería ser para mejorar la calidad de vida de las sociedades y no para perjudicarlas. Ahora, si hay una ética implícita en la matemática, no lo sé: no llego a darme cuenta si el simple hecho de hacer algo de matemáticas pudiera ser condenable desde un punto de vista ético. Porque hay determinadas cosas que uno también puede hacer con la matemática, como una bomba atómica. El Proyecto Manhattan fue realizado por mentes brillantes, pero olvidémonos por un instante de eso: el resultado fue que se tiraron dos bombas atómicas. Uno podría decir que fue la forma de terminar la guerra, pero al mismo tiempo no puedo dejar de ver que la fabricación de la bomba es un problema grave. Tengo muchas dificultades personales con la aceptación de eso. Es igual que ocurre con la tortura: si supieras que una persona puso una bomba que está a punto de explotar, qué hacés: ¿lo torturas para que te diga? Yo no: hay un límite que no quiero violar, que es el respeto a otro ser humano. No quiero transformarme en un equivalente del que pone una bomba.
–Sin embargo, a partir de este asunto de la ética, es posible suponer que el cambio de la forma en que se mira a la matemática pueda puede implicar un cambio en la sociedad.
–Que estaríamos mejor, eso es seguro, porque estaríamos más educados. La matemática te provee de herramientas y redes lógicas para prepararte en caso de que algo no funcione. Te acostumbra y te entrena para buscar caminos que de otra forma uno no buscaría. De por sí eso ya te mejora como individuo. Entonces, sí: mejoraría fuertemente la calidad de las sociedades en las que vivimos.

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