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sábado, 17 de marzo de 2012

Domitila Chungara Fue una mujer de extraordinario valor que supo sobreponerse a la desventura


Homenaje. El 8 de marzo de 2009 recibió una distinción de la Prefectura de Cochabamba. Ayer, dejó este mundo Domitila Barrios de Chungara. Extraordinaria mujer que luchó incansablemente por una Bolivia más justa y un mejor futuro para los bolivianos; en especial para los estratos menos favorecidos. De origen humilde, le tocó nacer y vivir entre las penurias y sacrificios de las minas, a los  que supo sobreponerse con un valor y entereza admirables.
Domitila Chungara nació en 1937 en Pulacayo, zona minera de Potosí. Desde muy pequeña conoció la desventura, pero también encontró la fortaleza para salir adelante. Cuando aún era una adolescente, los rigores del trabajo minero acabaron con la vida de su padre; entonces tuvo que cuidar a sus cinco hermanas menores, pues su madre estaba muy enferma. Con el correr de los años, dejó de ser una víctima de las circunstancias y pasó a convertirse en dueña de su destino. En 1952, como esposa de un trabajador minero, fue parte del Comité de Amas de Casa del Distrito Minero Siglo XX. Ya entonces su liderazgo era evidente, lo que la llevó a ser designada Secretaria General de ese organismo.
En junio de 1967, el dictador René Barrientos envió un contingente militar contra las comunidades de Catavi y Llallagua, para reprimir las reivindicaciones de los mineros parapetados contra la explotación y los abusos de los grandes empresarios. Tras la matanza, Chungara fue apresada y torturada por los militares. Producto de estos abusos perdió el bebé que llevaba dentro de su vientre.
En el libro Mujeres del siglo XX, el escritor uruguayo Kintto Lucas rescata el testimonio de Domitila respecto a ese brutal atropello ocurrido en la noche de San Juan… “Y como si la fatalidad del destino hiciera, comenzó el trabajo de parto. Me apoyé y me cubrí la cara, porque no podía hacer ni un poquito de fuerza. La cara me dolía como para reventarme (por los golpes sufridos poco antes). Y en uno de esos momentos, me vencía. Noté que la cabeza de la wawa ya estaba saliendo... y allí mismo me desvanecí. Y cuando volví a despertar, estaba toda mojada (…) Entonces hice un esfuerzo y resulta que encontré el cordón de la wawa. Y a través del cordón, estirando el cordón, encontré a mi wawita, totalmente fría, helada, allí sobre el piso”.
Una década después, sería una de las principales promotoras de la caída del régimen de Hugo Banzer Suárez. En la Navidad de 1977, Chungara inició una huelga de hambre junto con otras cuatro mujeres mineras contra la dictadura. Les siguieron los sacerdotes Luis Espinal y Xavier Albó; y en poco tiempo, más de 1.500 personas se sumaron a la huelga. Con el correr de las horas, los huelguistas se multiplicaron por miles, y al régimen militar no le quedó otra opción salvo la de claudicar en favor de la democracia. Por éstas y otras memorables acciones, hoy le rendimos un sentido homenaje a esta admirable y valiente mujer boliviana.

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